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Historia Militar de Colón, la Oportunidad de Crear una Experiencia Turística Única para Panamá

La provincia de Colón cuenta con una de las historias más ricas y diversas de nuestro país y todo el continente. La Ciudad de Colón y su Legado arquitectónico, Portobelo con sus fuertes coloniales y Feria, Nombre de Dios punto de partida de Camino de Cruces una de las rutas comerciales más importante de esos tiempos. Sin embargo, existe una historia militar que poco se promueve y está relacionada con la Primera y Segunda Guerra Mundial.

Tres Grandes Defensas para el Canal de Panamá

En 1909 la construcción del Canal de Panamá se encontraba en su última fase y en Europa sonaban tambores de guerra, lo que llevó al ejército de Estados Unidos a planear la defensa de la vía. Para esta misión crean el “Panama Board” compuesto por militares de alto rango, quienes visitan el Istmo en 1910 y sugieren un gran complejo de fortificaciones en ambas entradas del Canal.

Fuerte de Lesseps

La primera fue construida entre 1913 y 1916 al extremo norte en el sector de punta Manzanillo llamado Fuerte de Lesseps en honor a Fernando De Lesseps, constructor del Canal de Suez y el primero en intentar construir el Canal de Panamá. Dentro de este fuerte también se ubica la batería Morgan utilizada como primera línea de defensa y localizada al lado del famoso hotel Washington. Aunque el nombre parece estar relacionado al famoso pirata Morgan que saqueó la Ciudad de Panamá en 1671, en realidad fue nombrada en recuerdo a Charles Hale Morgan, Brigadier General de la armada de Estados Unidos quien terminó su carrera como Comandante de la Isla penal de Alcatraz.

El fuerte contaba con dos cañones de 6 pulgadas, sus balas podían viajar 15,000 yardas a fin de rechazar naves ligeras de guerra que amenazaran el Canal, las esclusas de Gatún y Colón.

En 1936, Fuerte De Lesseps y la Batería Morgan contaban con 190 soldados, casas para oficiales, barracas, pabellón recreativo para 200 personas y clínica con 3 camas. A raíz de los tratados de Remón-Eisenhower, Fuerte De Lesseps retorna a Panamá y sus cañones fueron desmantelados y derretidos.

Defensa para Repelar Ataques de Barcos Militares

Para defender la ruta del arma más poderosa de la época: los cañones navales de los grandes acorazados, se construyó el Fuerte Sherman, al oeste de la bahía de Colón y al este, en isla Margarita, el Fuerte Randolph. Ambos fuertes armados de enormes cañones de 12 y 14 pulgadas, capaces de lanzar bombas de media tonelada a 25,000 yardas.

Fuerte Randolph: Ubicado en las islas Margarita y Galeta, aquí se construyeron cuatro baterías de artillería costera en 1912. Más tarde se construyeron dos puestos de tiro para los dos cañones ferroviarios de 14 pulgadas traídos a la Zona del Canal en 1929 para su uso, tanto en Fort Randolph como en Fort Amador en el lado del Pacífico. Los cañones fueron tripulados durante la Primera y Segunda Guerra Mundial y todos fueron desmontados y retirados de la Zona del Canal entre 1946 a 1948.  Sus instalaciones revirtieron a Panamá el 1 de octubre de 1979 como uno de los primeros bienes norteamericanos en revertir en cumplimiento con los Tratados Torrijos-Carter.

Fuerte Sherman: Inicio operaciones en 1914 como parte del complejo de fortificación de defensa costera para la defensa del Canal de Panamá; era la contraparte atlántica a Fort Kobbe en el Pacífico. Aquí se construyeron cuatro baterías de artillería costera equipadas con cañones de 14 y 6 pulgadas. Este fuerte también fue el sitio de la primera instalación de los Servicios Aéreos del Ejército de los Estados Unidos en Panamá (marzo de 1917).  En 1941, fue la primera base de los Estados Unidos en instalar y operar su primer radar de alerta temprana. Desde 1951 hasta 1999, albergó el Centro de Entrenamiento de Operaciones en la Selva (JOTC) del Ejército de los Estados Unidos, ya que gran parte era apta para el entrenamiento en selva y jungla. Finalmente, su destino fue revertir a Panamá el 30 de junio de 1999.

En la actualidad, gran parte de sus instalaciones se encuentra cubierto por la tupida selva tropical del Parque Natural San Lorenzo, en un total estado de abandono, utilizando un minúsculo espacio como marina de yates con restaurante, astillero de yates y otras leves facilidades turísticas.

Hoy solo quedan recuerdos de estas históricas fortificaciones, restaurarlas las convertiría en uno de los mayores atractivos turísticos de Colón y Panamá, atrayendo a miles de turistas de todo el mundo. Es importante decretarlos patrimonio de la historia de Panamá por su importancia estratégica durante el siglo XX.

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