La historia de nuestro país muchas veces es marcada por sucesos históricos de la época colonial o por los movimientos independentistas, quedando en la memoria colectiva como los principales sucesos de una nación. Sin embargo, los hechos históricos siempre tienen como escenario sitios de gran importancia y que con el pasar del tiempo son bastiones de una herencia histórica e identidad cultural sin iguales. Lugares que por su importancia cambiaron el curso de la historia.
Para el Doctor Temístocles Díaz, quién a parte de ser un renombrado médico panameño, es un estudioso de nuestra historia panameña, y piensa que hay muchos sitios de gran importancia en Panamá. Sin embargo, nos cuenta que hay un sitio tan cerca de la mayoría de los panameños, y que mucha gente tiene la percepción que conoce su historia, pero hay tanta qué si se comunica, cambiará mucho la forma de vernos como nación, este es el Casco Antiguo.
El Casco Antiguo y su Historia por Contar
Nuestro Casco Antiguo es más grande que el de San Juan, Puedo Rico, cerca de cuatro veces, y aunque todavía no se está a la altura del de Cartagena, se viene trabajando con paso firme para convertirse en una joya histórica y arquitectónica de importancia continental. Así de enfático fue el Doctor Temístocles Díaz al referirse a este sitio dentro de la Ciudad de Panamá. Cuenta que lo grande del Casco se debe a la gran cantidad de historias que no se han contado y que tanto panameños como el resto del mundo deben conocer. Una de estas historias ayudó a darle forma al futuro posicionamiento económico de nuestro país, y es que el Palacio de las Garzas era la aduana en los tiempos de la colonia española. Todo el oro pasaba por lo que hoy en día es el Salón Paz, para de ahí llevarlo en mulas hasta el río Chagres, donde compañías de canoas las llevaban hasta Portobelo en la provincia de Colón. Según el Doctor Temístocles Díaz gracias al oro de Perú la Ciudad de Panamá no desapareció, ya que en 1531 sólo quedaban 30 personas, pues casi todas se fueron con Pizarro a Perú, partiendo desde la isla de Taboga. Sin embargo, el oro encontrado le devolvió la vida a la ciudad y al país en general, pues para que el oro llegara a España tenía que ser desembarcado primero en el istmo panameño para entonces ser enviado al otro lado del Atlántico.
Así es como la Ciudad de Panamá llega a aumentar su población hasta llegar a 600 personas en 1540. Para el año 1600, Panamá ya era una potencia real dentro de los territorios de la colonia, convirtiéndose en un punto estratégico para el intercambio de bienes, una fortaleza que continúa hasta el presente y a lo largo de nuestro país. El Doctor Díaz amplia que esto también cambio la cara y cultura de muchos lugares, tales como Nombre de Dios que contaba con 100 casas, donde vivían muchos comerciantes de España y sus familias, así como artesanos y orfebres que trabajaban el valioso metal traído de tierras Peruanas.
Primer Presidente de Panamá fue Tomás Herrera
La historia poco conocida del Casco Antiguo no queda ahí, el Doctor Temístocles cuenta que la Plaza Herrera fue testigo de que Panamá no fue parte de Colombia de inmediato una vez se independizó de España, ya que el primer presidente de Panamá fue Tomás Herrera antes de unirnos voluntariamente a la Gran Colombia. Para el historiador, Panamá tiene identidad propia, ya que Panamá es la nación más antigua las Américas (después de los pueblos originarios), ya que los archivos de Cartagena de Indias de 1521 hacen referencia al nombre de Panameño, antiguo habitante de este territorio, ya que al Istmo de Panamá se le decía como un país a parte del istmo centroamericano.
Panamá es un centro logístico de historias por contar, donde nuestro país jugó un papel vital en el avance del mundo en la era contemporánea, un ejemplo es el Instituto Gorgas, pero este sitio de importancia en la investigación será para un siguiente reportaje especial.
