Al entrar al vestíbulo principal, nos damos cuenta que se está realizando la restauración patrimonial más grande hasta ahora, la mezcla de detalles arquitectónicos y decorativos evocan el Renacimiento y espíritu de tiempos atrás cuando el presidente Manuel Amador Guerrero ordenó su construcción y el arquitecto italiano Genaro Ruggieri tuvo la idea de diseñarlo con una arquitectura de teatro de opereta de corte italiano.
Mientras caminamos por el pasillo que nos lleva a un sector de los balcones, las luminarias, pasillos y pisos restaurados nos hace sentir ese esplendor que ha durado más de cien años. Pronto el teatro acogerá nuevamente a renombrados y talentosos actores, músicos, cantantes y múltiples grupos nacionales como internacionales. Eso sí, esta vez dotado de los adelantos tecnológicos que lo colocarán a la vanguardia de los mejores del mundo. Desde arriba podemos apreciar la cúpula de la sala principal llamada “Nacimiento de una República” que evoca la independencia de Panamá, la obra más emblemática del pintor panameño Roberto Lewis (1874-1949). Cada una de las obras dentro del complejo fue pintada en su Estudio en París y embarcada a Panamá para su instalación.
Observando el escenario y los impresionantes detalles arquitectónicos y decorativos que evocan el renacimiento en la sala principal, uno puede visualizar cómo fue el día en que el teatro abrió sus puertas con la obra artística “Aida” de Giuseppe Verdi a cargo de la compañía italiana de Mario Lombardi. Igualmente se puede ver el impresionante candelabro instalado en 1940, y que el mismo Lewis rechazó por no permitir observar el lienzo de la cúpula en su totalidad.
Hasta ahora se han invertido 15 millones de dólares en la restauración, y al llegar al sector inferior donde están ubicadas las butacas, Robles hace un repaso de la nueva capacidad del teatro: 853 personas, distribuidas en anfiteatro, platea, dos pisos de balcones, foso para la orquesta y una galería. Definitivamente los artistas y el público vivirán experiencias únicas cuando abra sus puertas a finales de agosto.
Mientras caminamos hacia la parte exterior, uno no puede MAS que emocionarse ante todo lo que está por venir en cuanto a desarrollo artístico y cultural. El Patronato del Teatro Nacional tiene planificado no sólo obras artísticas dentro del recinto, sino también en los alrededores del Casco Antiguo y otros sectores de la ciudad de Panamá. Al salir, notamos la restauración en la fachada compuesta de 6 arcadas coronadas, igualmente en ambos lados de la entrada se aprecian dos esculturas que representan la musa de las letras y la música y sobre éstas se observan seis medallones en relieve que homenajean a personajes del siglo de oro como Wagner, Shakespeare, Cervantes, Molière, Rossini y Lope de Vega.
Igualmente nos explicó que el Director del Instituto de Cultura Ricardo Aguilar tiene organizado una temporada de reinauguración que coincidirá con los 111 años de apertura del teatro y que empezará desde el 14 de septiembre hasta finales de este año. La misma incluye espectáculos de danza contemporánea, galas folclóricas, la obra de teatro musical “1903”, un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional y las Premiaciones de los concursos nacionales Roberto Lewis, Ricardo Miró y Roque Cordero. Están trabajando para llegar a un público más amplio y por está razón se abrirán las puertas a una mayor cantidad de disciplinas artísticas. El Teatro Nacional no sólo continuará siendo orgullo arquitectónico e histórico, sino también un nuevo motor cultural que promoverá el turismo nacional e internacional, generando beneficios que se sentirán en todo el país.
