La capital del país fue designada Ciudad Creativa Gastronómica por la UNESCO, y no es casualidad. En sus barrios históricos, como el encantador Casco Viejo, la cocina panameña se reinventa a diario: chefs locales reinterpretan recetas tradicionales con técnicas modernas y productos de temporada.
Los mercados populares y puestos callejeros permiten descubrir sabores típicos, elevan la cocina panameña a estándares internacionales. Además, crece con fuerza el movimiento farm-to-table, con propuestas que promueven el consumo responsable, el comercio justo y el vínculo directo entre productores y cocineros.
Para una inmersión más profunda, también se pueden realizar tours comunitarios que revelan los secretos de ingredientes nativos y técnicas ancestrales de cocción.
Viajar por Panamá es vivir una experiencia multisensorial donde cada plato cuenta una historia y cada región ofrece una nueva forma de conectar con su gente, su historia y su identidad. Su oferta gastronómica, diversa y en crecimiento, lo convierte en un destino ideal para foodies, viajeros curiosos y amantes de la cultura.