Panamá cuenta con un 80% de sus atractivos turísticos fuera de la ciudad Capital, especialmente en sectores donde el ingrediente principal es la naturaleza. Esta referencia obliga al país a conocer no solo su potencial eco turístico, sino también a estudiar lo que se requiere para preservar el patrimonio natural que viene generando desarrollo económico y social. Por esta razón, nuestro invitado especial es uno de los ambientalista más destacados de Panamá y actualmente Director de Wildlife Works Carbon, organización pionera en el desarrollo de proyectos para la mitigación del cambio climático, así como líder de otras importantes organizaciones ambientales a nivel internacional. Graduado de prestigiosas universidades como Harvard Business School y Penn State University, Líder Sucre, como es ampliamente conocido, comparte con The Visitor – El Visitante su visión de la preservación de la naturaleza en Panamá y el impacto positivo en el turismo de Panamá.
¿Cómo la preservación de los recursos naturales ayuda en el desarrollo de las actividades turísticas vinculadas con la naturaleza?
“La importancia del turismo de naturaleza y actividades asociadas como el turismo de aventuras en un país como Panamá no puede ser subestimada. Costa Rica, Belice, Ecuador, Kenia, Tanzania, Suráfrica son países que han desarrollado economías turísticas muy robustas, basadas en sus atractivos naturales y con los cuales nos podemos comparar favorablemente en términos de potencial. Para ese turismo la materia prima es esencial: el atractivo natural y paisajístico, y en esto Panamá es excepcional. Entonces la clave del crecimiento es el cuidado del producto.”
¿El país está listo para potenciar el turismo sostenible integrando a las comunidades para el desarrollo de experiencias?
“Sin lugar a dudas, Panamá ha venido madurando en preparar mejor a muchas de sus comunidades rurales, para que se puedan sumar a nuestra oferta turística. Hoy día vemos en muchas regiones del país muchas, pero muchas iniciativas locales en comunidades campesinas, afro e indígenas, tanto a nivel individual como grupal, para poner en valor sus atractivos naturales y culturales y darles la bienvenida a los turistas – a un nivel que supera todo lo que hemos visto en los últimos 30 años. Hay que darles las gracias a las muchas organizaciones sin fines de lucro nacionales, ayudas internacionales como el Programa de Pequeñas Donaciones de Naciones Unidas y la propia iniciativa de la gente local, que han hecho que estemos mucho mejor preparados. Los residentes están llegando, los turistas están llegando, pero definitivamente hay apetito y preparación para mucho más.”
¿Qué tanto usted cree que puede crecer el turismo ecológico sostenible y cuanto desarrollo puede traer a nivel socio económico?
“Los atractivos paisajísticos y naturales de Panamá, aunado al gran atractivo cultural de muchas de nuestras comunidades, es lo que hasta ahora ha logrado que un porcentaje apreciable de los turistas se “adentren” en Panamá – más allá de la región ultra-accesible cerca de la Ciudad de Panamá y el Canal. Y vemos que, a pesar de los altibajos en el posicionamiento turístico del país, ese turismo ha seguido creciendo casi de manera orgánica por el encanto propio de la naturaleza y la cultura de Panamá “adentro”. Como país debemos y podemos potencial que este beneficio llegue más y más a ese Panamá. Con un cuidado adecuado a nuestra naturaleza, con un esfuerzo de promoción a la imagen turística del país consistente en el tiempo y con los apoyos y las políticas apropiadas, en 10 años Panamá podría duplicar o triplicar el número de turistas que se “adentran” al resto del país – más allá de la región canalera, llevando los beneficios económicos también para allá.”.
¿Cuáles áreas del interior de Panamá pueden verse más beneficiadas a corto plazo con el desarrollo del turismo ecológico sostenible?
“¡Predecir esto no es nada fácil! Enfatizando la parte de sostenibilidad, sí, el archipiélago de Bocas del Toro logra realmente fortalecer el cuido de su extraordinario atractivo natural, es un buen ejemplo de un sitio que podría prosperar más. Pero Bocas arriesga matar “la gallina de los huevos de oro”, enfrenta el reto de no degradar más las mismas cosas que ya atraen a los visitantes hoy: manglares y arrecifes de coral, alucinantes paisajes costeros que aún conservan ese sentido natural y selvático sin exceso de desarrollo. Todos los sitios que ya son magneto del turismo de naturaleza en Panamá enfrentan este mismo reto, algunos más que otros.”.
Fotos cortesia: Lider Sucre