Inicio Nuestra Tierra Atalaya, Cuna del Turismo Religioso y la Peregrinación Más Grande de Panamá

Atalaya, Cuna del Turismo Religioso y la Peregrinación Más Grande de Panamá

Atalaya es el más pequeño de los distritos de la provincia de Veraguas. De los orígenes de su fundación, hay diversas fechas que la establecen en los años de 1569, 1614 ó 1780, mientras que entre sus fundadores se mencionan al Lic. Álvaro Carvajal, Martín Delgado y Fray Francisco Gaspar Rodríguez y Valderas, entre otros.

Antiguo Pueblo Indígena

De acuerdo a lo escrito por el Dr. Alfredo Castillero Calvo en su obra titulada: “Conquista, Evangelización y Resistencia” las referencias más antiguas que se tienen de la población se remonta a cuando esta se define como un pueblo indígena en la región de Veraguas escasamente poblado.

El Obispo Pedro Mega en su obra: “La Iglesia de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Atalaya” señala que el nombre de Atalaya fue puesto por los españoles a raíz de que el poblado está en un alto, desde donde se puede ver los alrededores.

El Gran Peregrinaje

Si hay un lugar en Panamá donde el turismo religioso es una forma de vivir, generar experiencias y mover la economía regional es en Atalaya. Todos los años más de 200,000 personas se dan cita en la procesión más grande de Panamá, la “Fiesta en Honor a Jesús Nazareno” en Atalaya.

Cada Primer Domingo de Cuaresma el pueblo recibe miles de visitantes que abarrotan la Basílica Menor de Atalaya para agradecer a Jesús Nazareno los milagros concedidos; desde ayudas económicas hasta enfermedades altamente mortales. La mayoría lo hace caminando largas distancias para pagar los milagros o hacer peticiones al cristo, desde otras provincias, incluso desde la Ciudad de Panamá a más de 250 kilómetros de distancia. Es fácil identificar a muchos peregrinos que van camino hacia Atalaya por la particular la túnica de color morado que visten al caminar al costado de las avenidas, principalmente la Panamericana.

El Cristo que Atrae a Miles de Visitantes

Jesús Nazareno de Atalaya, popularmente conocido como El Nazareno, es la imagen por la que peregrinos de todas partes del país, así como del extranjero se dan cita para venerarla desde el miércoles de ceniza (día después de los carnavales) hasta el Domingo de Ramos, el día que finaliza con la procesión más grande de Panamá.

Aunque no hay una fecha exacta sobre el inicio de la devoción al Cristo de Atalaya, se sabe que ya en 1730 el poblado era visitado por peregrinos de la Villa de Los Santos, Montijo, Las Palmas, La Mesa, Santiago y San Francisco. En aquella época, la imagen del Cristo se veneraba en un pequeño bohío o capilla construida con madera y pencas.

Fue así, según registran los documentos, que ese lugar de la provincia de Veraguas se convirtió, desde finales del siglo XVII por obra y gracia del Nazareno, en un verdadero centro de religiosidad y refugio de paz para los católicos de Panamá.

Historia de la Imagen del Cristo de Atalaya

En la Revista Atalaya, Tierra de Peregrinos, Juan Manuel Guevara indica que la imagen que se conserva de Jesús Nazareno en Atalaya, en un bohío, data de 1730, cuando ya existía la ferviente devoción de ese pueblo y de otros del interior. Un documento firmado en 1752 por el mayordomo José Núñez de Arco, cita las peregrinaciones que a Jesús Nazareno hicieron en ese año los pueblos de Montijo, Las Palmas, la ciudad de Ducal de Veraguas, la Villa de Los Santos, Las Tablas, entre otros.

Sobre la base del libro de monseñor Pedro Mega y testimonios recogidos por el sacerdote Juan José Cánovas en 1912, se relata una de las probables teorías sobre la llegada de la imagen y devoción al Nazareno. Debido a las rencillas entre los jefes indígenas y los españoles, se registró una guerra entre ambos grupos. Los españoles prometieron que si ganaban la guerra, donarían una imagen de Jesús Nazareno a los aborígenes. Y así sucedió, los españoles ganaron, llevaron la imagen, y la obsequiaron a los indígenas, quienes armaron un rancho de paja y empezaron la devoción al Cristo Milagroso, hasta nuestros días.

En 1964, el templo de Atalaya fue declarado Basílica Menor y es la segunda que existe en todo el territorio nacional.

Ante toda la historia y peregrinaje, miles de personas visitan este hermoso pueblo para visitar la Basílica, y el resto del año fuera de la temporada de peregrinación, por su paz, la naturaleza que rodea y la calidez de sus ciudadanos que dan la bienvenida a todos los Visitantes.

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