Caminar durante horas visitando los rincones perdidos de cada ciudad a la que vamos es la actividad número uno de los viajeros. Su popularidad se debe que es lo más fácil y económico que se puede realizar al viajar. Por eso es importante contar con unos buenos zapatos.
Lo Primero: Condición Física
Antes de cualquier calzado, hay que preparar el cuerpo, en especial nuestras piernas y pies. Caminar rápido durante diez minutos al día puede ayudar a mejorar tu estado de salud y reducir el riesgo de muerte prematura en un 15%, según un estudio publicado en Reino Unido.
Sin embargo, una investigación reciente de la Salud Pública de Inglaterra concluye que un 41% de personas de entre 40 y 60 años no llegan a caminar ni 10 minutos diarios en todo un mes.

Por esta razón se sugiere hacer actividades que preparen al cuerpo como: bajarse una parada antes del destino al usar transporte público y si se va en auto estacionarlo a unas cuadras de distancia, otra es subir las escaleras en lugar del ascensor, dar paseos durante la hora del almuerzo, salir de compras sin el auto, y los fines de semana realizar un recorrido al aire libre.
El Calzado Adecuado para la Ciudad y Senderos Naturales
Debemos buscar un calzado confortable, flexible y ergonómico para disfrutar sin renunciar al estilo y, sin sufrir dolores de pies, piernas o espalda.
- En la Ciudad:
Si el plan es quedarse en la ciudad, adquiere unas zapatillas con suela gruesa, ergonómica y confortable. Estos zapatos se pueden encontrar en modelos deportivos y casuales para usar en cualquier ocasión.

- En Senderos:
Un plan perfecto para disfrutar de la naturaleza en estado puro es siempre practicar algo de senderismo. Sin embargo, si se quiere llevar a cabo esta práctica deportiva de manera correcta es esencial llevar el calzado acertado. Con el par adecuado se puede disfrutar del entorno sin preocuparse de sufrir llagas o ampollas.
- El Tipo de terreno:
La primera pregunta que uno debe hacerse es acerca del tipo de terreno que se pisará durante esa ruta. Y es que no es lo mismo para el pie ir por pistas llanas, en algunos casos con tramos asfaltados, que otros caminos algo más irregulares o pisar por un terreno muy escarpado entre montañas e incluso cruzando zonas de barro o ríos.
Teniendo claro lo anterior, en la primera situación lo mejor es apostar por un calzado de senderismo que sea flexible y ligero, eso sí, no será tan duradero para andar cómodamente y no cansarse demasiado. Ya cuando el terreno se vaya poniendo más difícil es cuando las zapatillas deberán tener una suela más rígida para ganar estabilidad, así como forma de bota para proteger el tobillo de posibles caídas o piedras que se vayan desprendiendo. Y si se va a pasar por terrenos con agua, es imprescindible que el calzado tenga una capa impermeable.

- Distancia y Ritmo:
De la misma manera que se tiene en cuenta la orografía del terreno que se va a recorrer, la distancia y el ritmo que se llevará también influyen en la elección de este tipo de calzado. No es lo mismo un breve paseo por el campo a realizar una ruta de un par de horas y con peso sobre la espalda. Así, en el primer caso con una bota más flexible será suficiente, mejor si además es un calzado para hacer senderismo, mientras que en el segundo es importante elegir un modelo que aporte al pie mayor y estabilidad ante posibles lesiones.