En esta edición rompemos la tradición donde el Invitado Especial es un destacado profesional panameño. En esta oportunidad el equipo editorial decidió darle la vuelta y plantear un invitado que aunque nació en España ha conocido a profundidad nuestro país.
Es un especialista del turismo internacional donde ha tenido la misión de liderar el mercadeo y “branding” turístico de más de 15 países como España, Croacia, Grecia, Armenia, Haití, Colombia, Uruguay, entre otros.
Por esta razón, Augusto Huéscar fue seleccionado por las autoridades panameñas para realizar la actualización del Plan Maestro de Turismo de Panamá. Conociendo de primera mano que nuestro invitado ha tenido la oportunidad de recorrer el país, vivir nuestra cultura y ser testigo de nuestro potencial turístico, profundizamos en esta entrevista exclusiva temas relacionados a nuestro turismo panameño y una mirada hacia el futuro.


¿Cuáles fueron sus mayores motivaciones para venir a Panamá y apoyar en el desarrollo del plan maestro?
Mi primer trabajo en Panamá surgió a través de la Organización Mundial del Turismo. Fue en 2018. Y fue una primera visita de “toma de contacto” con el país, los destinos, la gente, las instituciones (públicas y privadas) y el propio Plan Maestro. Se despertó en mí un interés casi inmediato por el país, no puedo negarlo. Después se decidió actualizar el Plan Maestro, y a finales de 2019 comenzaron los trabajos, nuevas visitas, muchos talleres, reuniones, presentaciones, el confinamiento, dificultades para avanzar, reuniones “online” casi a diario, y para septiembre de 2020 estaba finalizado y aprobado por unanimidad en el Consejo Nacional de Turismo. Un orgullo para mí, una suerte inmensa haber podido participar en el proceso.
¿Qué le gustó más de Panamá al recorrerla, conocer su gente, destinos y cultura?
Pues tienes toda la razón en mencionar a la gente. Es una maravilla. Supongo que el clima de tranquilidad, la ausencia de grandes conflictos sociales, ayuda a formar el carácter de la gente (¡y viceversa!). El caso es que aquí en Panamá me siento muy cómodo. He podido recorrer buena parte del país, y en todos los lugares me he sentido bien acogido, en sitios lindos y atendido por personas amables. Estar tan cerca del océano casi todo el tiempo es también un factor muy positivo para mí, me resulta relajante y muy agradable.
No son factores estos muy “turísticos”, en verdad. Son los que me atañen a mí.

¿Cómo era el Panamá de cuando usted vino por primera vez comparado a cuando regresó para actualizar el plan maestro de turismo?
Aunque no ha pasado mucho tiempo, en este año y medio parece haber pasado una década. La pandemia ha sido la gran disrupción de nuestro sector, no sé si volveremos a ver algo así, ojalá no. Sin embargo, en Panamá no se observan grandes diferencias, si le soy sincero. Volviendo a hablar con los profesionales del sector, se siguen detectando los mismos problemas de base, como si estos dos años hubieran pasado en “Stand by”.
El plan maestro original en realidad no se ejecutó, ¿Qué usted siente ahora que ayudará a que el actualizado si se ejecute?
Bueno, yo no tengo como misión ayudar a su ejecución, ojalá pudiera contribuir también en esa tarea.
La no ejecución de los Planes es un mal generalizado en muchos países en Latinoamérica y en el mundo. Uno de los mantras que más se me repitió durante mis primeras visitas de “investigación” en Panamá era: “el turismo debe dejar de ser política de un gobierno para ser política de Estado”. Y creo firmemente en esa afirmación, en toda su profundidad y complejidad.
La implementación está siendo muy complicada, en un entorno de pandemia y post-pandemia, con muchas empresas en situación crítica, nuevas urgencias y prioridades y, además, recortes presupuestarios drásticos. Es la tormenta perfecta en contra de la implementación de cualquier plan.
Sin embargo, en mi opinión se han dado un par de pasos muy relevantes en el sentido de impulsar al sector desde el Estado (“política de Estado”, el gran reclamo): la creación y desarrollo del Gabinete Turístico en destinos de todo el país, donde distintos ministerios (sus máximos representantes) se sientan juntos para acordar desembolsos y desatascar proyectos de mejora que el sector turístico ha reclamado pero que no puede acometer por sí solo; y la creación, por fin, del Fondo de Promoción (PROMTUR), que se está dedicando al marketing y la comunicación de los destinos panameños en los mercados internacionales como una entidad independiente en su financiación del resto de instituciones estatales. Honestamente creo que estas dos iniciativas pueden contribuir a convertir al turismo en una política de Estado. Ojalá se mantengan durante muchos años.

¿Cuáles son las áreas con mayor potencial turístico en Panamá por regiones según el plan maestro y qué áreas son prioritarias a corto y mediano plazo?
A partir de un listado de 26 destinos identificados por el Plan Maestro de 2007, el Plan de 2020 identificó 8 destinos prioritarios: Ciudad de Panamá (con Taboga), la Riviera Pacífica, Portobelo/ Santa Isabel, Pedasí/ Tonosí, Santa Catalina/ PN Coiba, Boquete, Tierras Altas/ Volcán y Bocas del Toro. Estos destinos se seleccionaron por su alta competitividad (evaluada por mí junto a los expertos planificadores de la ATP), por la posibilidad que ofrecen de actuar como complemento de otros destinos, y por su aportación al posicionamiento de la marca turística nacional y la visión del propio Plan. Además, se tuvo en cuenta la línea de financiamiento del BID para el Desarrollo Urbano Integral de Ciudades con Vocación Turística, para que esos esfuerzos también beneficiaran a destinos prioritarios para el Plan Maestro.
Ahora en 2022 estamos trabajando con la ATP y el BID para añadir El Valle de Antón, Boca Chica/ Golfo de Chiriquí y el Archipiélago de Las Perlas como destinos prioritarios, con su diagnóstico, su posicionamiento recomendado y su Plan de Acción para los próximos años.

¿Cómo pueden apoyar los gremios turísticos como CAMTUR y APATEL en la ejecución óptima del plan maestro?
El sector privado ha sido, es, y seguirá siendo el verdadero catalizador del crecimiento del sector turístico en Panamá, dado el papel intermitente y no siempre eficaz del Estado en sus apoyos a este sector.
De ahí que estas asociaciones del sector privado tengan una relevancia clave, pues ellas aglutinan a los profesionales y a los inversores y, por ello, tienen claras cuáles son las prioridades a abordar para mejorar la competitividad de los negocios y destinos. Es necesario destacar también el papel de las múltiples asociaciones de carácter más local que, por todo el país, también canalizan proyectos de alto impacto, aunque menor presupuesto.
¿Qué tiene la gente panameña que es difícil de encontrar en otros países de la región?
Muchas cosas buenas se pueden indicar de los panameños. Me gusta lo abiertos que son ustedes con los extranjeros, lo he notado muchas veces. Y me gusta también su orgullo nacional, ese reconocimiento que se le tiene a la importancia del istmo, del Canal, de su historia pasada y reciente. En todas partes se sonríe, pero en Panamá se sonríe más, no sé explicarlo bien.
Es un gusto sentirse bien en un lugar tan vibrante y con tanto por descubrir. Y eso se debe fundamentalmente a la gente panameña.
Fotos cortesia: Augusto Huéscar