En una visita breve a su país, para atender proyectos profesionales como personales, Omar Alfanno hace un pequeño alto en su Estudio, para concedernos una entrevista y nos exprese su sentir y pensar sobre el turismo y la cultura en Panamá.
Con su típica espontaneidad Veraguense, y un acento con son boricua, nuestro invitado especial ha sido ganador de casi todos los premios que un artista latino puede recibir por parte de la industria musical internacional,

Es un embajador de Panamá. Donde vaya, forma parte de la marca país. ¿Cómo siente que las personas de otros países perciben a los panameños al conocerlo?
“Siempre nos van a ver como personas musicales que han dejado el nombre del país bien alto. Y esa bandera siempre estará ahí. Yo creo que Panamá a través de los años ha puesto a cantar al mundo, con los compositores de “Historia de un Amor”, o Erika Ender con “Despacito” o “Sech”. Está Joe Montana y Nigga también. Eso no va a parar porque los panameños somos muy románticos. Creo que tenemos una batuta de ganadores: y es de compositores”.
Apenas tocamos el tema de los artistas locales en la industria musical, el Maestro Alfanno enseguida hace una analogía de cómo podría cambiar la percepción de nuestro país. “Para que los grandes autores puedan demostrar lo que son en las grandes ligas, no puede ser en Panamá. No es culpa del panameño “per ce”. Es porque somos un país muy pequeño. Pero a este país pequeño le ha faltado tener la credibilidad de los gobiernos. Esto viene de la época de ñaúpa. Yo me hice afuera, pero quise venir a hacer una inversión con este Estudio de primer mundo. ¿Por qué tengo que hacerlo yo? ¿Por qué no puede hacerlo el gobierno con una inversión fuertísima para que Panamá sea un gran centro musical y la gente venga de afuera a estudiar música? No todos pueden ganarse una beca para estudiar en otros países.
Me duele que en la música muchos chamacos se queden, porque su sueño no podrá realizarse sin apoyo económico. Nosotros cuando abrimos la Fundación Omar Alfanno y la Academia “Dream Factory”, estábamos tratando hacer eso. Pero solitos no podemos hacerlo”.
¿Cree que los panameños y los que viven aquí amamos lo que tenemos?
“Creo que si lo amamos, pero el lente con el que lo vemos está un poco borroso. Ese amor se ha diluido con mucha información que hace que pensemos que no tenemos mucho. Tenemos autoestima, pero lo que nos hace falta es retribución al esfuerzo que se hace. El autoestima del panameño a veces se deja influenciar por otros destinos turísticos, y piensan que no somos capaces de replicar algo o hacerlo mejor”.

¿Si tuviese que promover a su provincia de Veraguas cómo lo haría?
“Es bien sencillo. Si se tiene los recursos, se educa a las personas encargadas del turismo de mi provincia. Hace falta enseñar más sobre la identidad veraguense. ¿Cómo hacemos para que el turista se detenga en Veraguas? Se tiene que sacar las características más importantes que tiene. Como dar a conocer lugares como el camino de Compostela o el que va hacia Atalaya.
En este punto, nuestro invitado ganador de premios por su letra “A Puro Dolor”, entra en nostalgia… Y surgen los recuerdos: “Cuando yo me fui de Veraguas, yo era un cholito veraguense. Sigo siendo un cholito veraguense. Escribía mis canciones debajo de la estatua del indio Urracá. Pero de no haber salido al extranjero, no hubiera sacado punta al lápiz para componer”.
Maestro, usted ha viajado a bastantes partes del mundo. ¿Qué destino le ha llamado la atención y qué podría aplicarse acá de lo que vio?
“A mí me gustó mucho el morro de San Juan de Puerto Rico, que se asemeja a algo que tenemos aquí. O las ruinas de Atenas, Grecia. Cuando yo agarro por un lado del Museo de Panamá Viejo que me encanta ver… Eso es para que se tenga cada piedra iluminada. ¿Cuál es la grandeza de los griegos? Que cada piedra la iluminan y de eso se toman muchas fotos.
El Caribe me encanta. Las playas de República Dominicana (suspira). Pero nosotros también tenemos el Caribe. Cuando estamos aquí, mi hija me dice “Papi qué belleza”, le digo “Estás en Panamá. Lo que nos hace falta es presupuesto”.
Nosotros somos personas afables y cariñosas, pero tenemos un solo defecto: muchas veces somos “Juega Vivo”. Eso se ha ido diluyendo, pero me refiero a que cuando el panameño ve a ese turista bajarse del avión, debe pensar que esa persona es la que le va a traer billete, que va a llevar a su casa; no debe verle para jugarle vivo”.
¿Alguna anécdota que le haya calado tanto, que pudiese servir para mejorar la imagen país? Algo que haga sentir esa conexión que no se pueda describir solo con palabras.
Todos los días vivo una diferente. Acabo de vivir una hace una hora. Yo llegué con la mascarilla a un lugar para hacer un mandado con mi esposa. No he ni entrado por la puerta eléctrica cuando alguien me grita “Maestro”. Le dije oyeee déjame llegar. ¿Cómo tú me reconociste si yo llevo mascarilla? “Maestro usted es reconocible por donde vaya”, le contestaron.
Ese cariño y humildad propia de sus compatriotas, no es por quién es él. Nos aseveró Alfanno. “Porque Omar Alfanno no es nadie”. Dejándonos perplejos con su afirmación. Las canciones de Omar Alfanno ya están en los corazones, y en los “Soundtrack” personales de la gente. A pesar que la gran mayoría de las canciones famosas no nacieron aquí, sino en México, Puerto Rico o Estados Unidos. ¿Pero quién la hizo? ¡Un panameño! Cuando llego a Panamá, yo no muestro mi pasaporte diplomático. La diplomacia de mi vida son mis canciones.
El tiempo hizo que Omar Alfanno hiciera ciertos énfasis en cómo promover el país para concluir. “Cuando los gobiernos se den cuenta, que los artistas son tan importantes como el Canal de Panamá… Entonces se van a dar cuenta que entre más cultura y arte tu tengas en el país, menos basura va a ver en la calle. Nosotros somos una valiosa materia prima explotable. No nos vean solo como artistas. Véannos como una inversión país”.